Asegura que se quedó "dormida" mientras hablaba con él, que vive en la calle y por eso aparece durmiendo entre cartones
"Estoy rebasada de dolor, de angustia por la alarma creada en estos días, por todo lo que habéis puesto encima de la mesa. Saquen algo bueno de mí, si es que creen que lo tengo, pero, por favor, no estiréis más, paren ustedes porque esto es insoportable".
Así se expresaba ayer la actriz Terele Pávez al comparecer ante la prensa junto a su hijo, Carolo, tras la difusión de unas imágenes en que aparecía semitumbada junto un indigente, Manolito, que ya ha sido entrevistado por la insaciable televisión rosa.
Traje de chaqueta negro, blusa con estampado de pata de gallo en blanco y negro, la estampa de la intérprete era la de una mujer de alivio de luto tras nueve días de duelo, un duelo mediático que se ha cebado después sobre su vida, la de su hermana, la desaparecida actriz Emma Penella, cuya tumba se mostró en estos días, y la personalidad de su padre.
"Sí, me dormí y ya está, en paz y tolerancia", manifestó ante las imágenes difundidas. Lleva muchos años paseando por la madrileña Plaza de Santa Ana, donde se tomaron las instantáneas; es su barrio, y conoce al tal Manuel que vive entre cartones, "que es lo que debería preocupar". Tuvo que explicar explícitamente que no es ninguna indigente. "Hay quien se va a un jacuzzi a relajarse y yo tengo un tirón con ciertas personas. No ofendo a nadie", relató. "Y no pido limosna. Si necesito dinero no tengo más que agarrar el teléfono".
Extensa filmografía
La intérprete bilbaína ha participado en películas de referencia del cine español como Los santos inocentes, Réquiem por un campesino español y, más recientemente, El día de la bestia o La comunidad, de Álex de la Iglesia, entre una extensa filmografía.
¿Usted bebe?
La nube de reporteros y fotógrafos se arremolinó entorno a la actriz y el ansia de preguntas se prolongó durante más de una hora. Allí estaban todos los magazines de la televisión. Dos veces le preguntaron si tenía problemas con el alcohol. "No tengo problemas, bebo a veces y no bebo", dijo.
Las explicaciones no parecían suficientes. También se quiso saber si estaba deprimida. "Pues claro que tengo momentos de depresión, como mucha gente, y he arrastrado mis penas y mis alegrías. Además, tengo un físico... no soy mona". Pero de inmediato añadía que no es persona para provocar lástima y que no quiere dar carnaza. Insistió en que respeta a la prensa, que depende de ellos, "de lo que ustedes quieran decir", pero en su mensaje había un lamento a los excesos, a que se haya llegado hasta los muertos. Tenía un proyecto profesional entre manos que en estos días parece haber tomado cuerpo "pero no quiero decir nada más porque me da pánico de lo que ustedes puedan interpretar".
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