Agentes de la Guardia Civil fueron ayer los encargados de informar de la trágica noticia a los padres de la niña, que se derrumbaron al conocer el hallazgo. La madre, Irene Suárez, incluso sufrió un ataque de ansiedad.
La familia , arropada por cientos de vecinos, se trasladó rápidamente hasta el muelle para esperar la lancha que traía el cuerpo entre escenas de intenso dolor.
Sobre las 19,30 horas, una ambulancia, escoltada por cuatro vehículos policiales, se llevaba el cuerpo de la niña hacia el tanatorio de Huelva para que se le practicara la autopsia y las pruebas pertinentes para certificar su identidad.
En ese instante se vivieron los momentos de mayor tensión de toda la tarde, ya que los abuelos de la niña empezaron a increpar a los agentes de Guardia Civil y de la Policía Nacional por no haberles hecho caso "y haber salido a buscarla desde el primer día en los barcos", como les solicitaron en diversas ocasiones.
No obstante, la familia pidió vivir "con tranquilidad y en la intimidad" unos momentos "tan amargos". El portavoz, Luis Molina, atendió a los numerosos medios de comunicación y aseguró que la familia "está viviendo unos momentos muy trágicos y unas escenas muy fuertes", así como que "todo el mundo está muy destrozado y muy mal".
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