The Cure recompensó el jueves al público madrileño tras siete años de ausencia. Ésta fue la segunda parada de las tres que harán en España.
H ASTA tres veces volvió a salir al escenario del Palacio de los Deportes madrileño el grupo británico The Cure, liderado por el emblemático Robert Smith, en un concierto de tres horas que congregó a unos 15.000 entregados seguidores ocho años después de la última cita en la capital.
Con casi todo el Palacio en pie vitoreando y mucha ropa negra entre las gradas, The Cure ofreció a sus adeptos -las entradas se agotaron hace meses- unos treinta éxitos y canciones de culto que la banda ha ido cosechando a lo largo de sus tres décadas de trayectoria.
Casi la totalidad de las primeras filas, en las que no había un sólo hueco desde que comenzaron a tocar los teloneros, 65 Days of Static, estuvieron ocupadas por los más fervientes admiradores de Smith y su estética siniestra de labios rojos, caras pálidas y pelo cardado.
La inclasificable banda, que se ha deslizado desde los sonidos oscuros hasta las melodías electrónicas, "new wave" y pop, comenzó el concierto con Plainsong -como suele ser habitual en esta gira europea- y siguió con otros temas de su álbum Disintegration, como la románticas Pictures of you y Lovesong. Smith al micrófono (se acercó al público con la mano en el pecho en señal de agradecimiento), y la guitarra, Simon Gallup al bajo, Perry Bamonte a la segunda guitarra y Jason Cooper a la batería también dieron cabida en el repertorio a temas de su próximo trabajo, que verá la luz en mayo.
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