El valle, que solicitó el útil al Gobierno foral, registró el año pasado nevadas de unos ochenta centímetros
El valle del Ergoiena, habitado por unos 450 personas en sus concejos de Lizarraga, Unanu y Torrano, aguarda "desde hace año y medio o dos años" a recibir del Gobierno foral una cuchilla para retirar nieve en días de temporal. La solicitud resultó igualmente infructuosa hace dos meses cuando fue reiterada por el Ayuntamiento, según el concejal Fernado Echauri Gallardón, que rigió los designios municipales en la pasada legislatura.
El consistorio recurrió al Ejecutivo foral ante el esfuerzo económico que debía realizar una institución que maneja al año del orden de 250.000 euros de presupuesto. La adquisición de una cuchilla ajustada a las dimensiones estrechas de las calles de los concejos suponía un gasto superior a 6.000 euros.
En un principio, el Ayuntamiento contempló la idea de asumir la compra con cargo a sus medios económicos, pero alteró sus planes iniciales y orientó sus gestiones hacia el Gobierno foral tan pronto como reparó en el esfuerzo que debía realizar.
La importancia de disponer de un útil de estas características adquiere pleno sentido en un valle expuesto a sufrir los rigores del invierno a la sombra del monte Beriain, donde se alza la ermita de San Donato. Sólo en enero del año pasado, una intensa nevada dejó 80 centímetros de espesor en Unanu. En estas circunstancias, sin los medios necesarios para dejar expeditas de nieve sus angostas calles, el cúmulo de hielo dificulta el tránsito de vehículos y viandantes, sobre todo, personas mayores.
Veinte centímetros de hielo
Hace un año, una franja de 20 centímetros de espesor tardó varios días en deshacerse en las calles de Unanu. "Hasta el pueblo, los accesos están limpios. El problema se concentra en el interior de los concejos", señala Fernando Echauri.
La formación de placas de hielo es habitual en una zona en la que, como ayer, los termómetros señalan bajas temperaturas a primeras horas del día.
En épocas de intensas precipitaciones de nieve, el transporte escolar tiene igualmente dificultad de llegar a su destino de Unanu y Torrano. Los escolares recurren a medios familiares o deben renunciar a acudir a clase. En el caso del segundo concejo, la parada del autobús se encuentra en un recodo del acceso al pueblo.
Aunque sea con demora, las furgonetas de reparto llegan a su destino con los medios a su alcance. "Si la carretera lo permite, llegan hasta el pueblo aunque sea con cadenas", observa Fernando Echauri.
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