Ante un público entregado, el candidato popular insistió: "Le conviene a España que yo gane las elecciones"
La plaza fue una fiesta. El recinto taurino estaba lleno hasta la bandera hora y media antes del comienzo del mitin y todavía hubo miles de personas en las calles de las inmediaciones para seguir los discursos. Según fuentes del PP, el mitin reunió en total a más de 30.000 personas.
Es este escenario, Mariano Rajoy celebró, por anticipado, la deseada victoria electoral. "Trabajamos para que la gente sea feliz", les dijo el candidato antes de concluir su intervención en la que proclamó la oportunidad de su éxito: "Le conviene a España que yo gane las elecciones".
El candidato optó por humanizar su mensaje y empleó un formato novedoso para su discurso, que improvisó, micrófono en mano, rodeado de un grupo de chicas a las que dejó intervenir en varias ocasiones.
Las camisetas de la "niña"
Los publicistas del PP se han apresurado a diseñar unas camisetas con el lema Soy la niña de Rajoy, que lucían ayer un grupo de niñas que rodearon al candidato en el mitin de Valencia. El recurso también había sido utilizado en el acto de la mañana en Teruel. Fue allí donde el presidente del PP dijo que "esa niña es imparable, tiene sentimientos, es feliz y es la que va a ganar las elecciones".
En un nuevo rizar el rizo, el candidato explicó que la tan mentada infante se llama "Victoria Esperanza. Victoria de Victoria y Esperanza de Victoria".
El grito de que "la niña se llamará Victoria" el día 9 de marzo fue el más repetido por los oradores de la noche. Una de las chicas también tomó el micrófono para señalar: "Me llamo Victoria. Cumplo 18 años el día de las elecciones y mi voto es para ti". Después corearon "Victoria, Victoria" y lemas como "Mariano amigo, Valencia está contigo" o "Oa, oa, oa, Mariano a La Moncloa".
Rajoy se declaró "contento" con la marcha de la campaña electoral, pero reconoció que, a pocas horas de que se abran las urnas, no hay un claro ganador de las elecciones.
"Estamos en empate a cero", resumió con su habitual costumbre de simplificar la realidad en resultados deportivos, aunque confía en que la campaña haya logrado cambiar el voto de un porcentaje superior al 2% de los que van a participar en los comicios.
En Valencia, donde su partido ha vivido una crisis que se saldó con la marcha de Eduardo Zaplana a Madrid, el líder popular se quejó de la dureza de la travesía del desierto que ha soportado durante estos cuatro años de oposición. Rajoy llegó a la emoción cuando agradeció la ayuda que le prestó Camps en momentos difíciles. "No lo he pasado nada bien - confesó- pero ahora estoy baqueteado, tengo más equilibrio y madurez", añadió.
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