El BCE prevé que la economía de los quince crezca un 1,7% este año, tres décimas menos de lo previsto inicialmente
Para el Banco Central Europeo (BCE) la mayor prioridad sigue siendo combatir la inflación en la zona del euro y por ese motivo ayer rechazó las presiones para aplicar un recorte de tipos y mantuvo invariable en el 4% la principal tasa de interés.
Trichet también comunicó que el BCE ha corregido a la baja sus pronósticos de crecimiento para la zona euro, dada la fortaleza del euro -en máximos históricos-, el freno a la exportaciones que esto provoca y la preocupación general por la marcha de la economía. Así, para 2008 espera que los países del euro registren un índice de crecimiento económico del 1,7% y no del 2% como se preveía hasta ahora. En 2009, la tasa podría ser del 1,8%, frente al 2,1% anunciado anteriormente.
"Tenemos una aguja en nuestro compás y apunta hacia la estabilidad de precios", subrayó el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, en una rueda de prensa ofrecida en Fráncfort tras la sesión ordinaria del Consejo de gobierno de la entidad monetaria.
"Fuertes tensiones"
"Haremos todo lo necesario para garantizar la estabilidad de los precios", agregó como en anteriores ocasiones. Señaló que aunque los fundamentos económicos de la zona euro son "sólidos", la "incertidumbre debido a las turbulencias sigue siendo elevada".
El guardián del euro se mostró preocupado por las "fuertes presiones al alza sobre la inflación a corto plazo", y por los crecientes "riesgos para la estabilidad de los precios a medio plazo" y tanto para este año como para 2009 pronosticó niveles de inflación bastante más altos que los previstos hasta ahora.
Así, como consecuencia de los altos precios de la energía y de los alimentos, el BCE prevé que este año la tasa anual de inflación en los 15 países del euro se eleve hasta el 2,9% desde el 2,5% calculado inicialmente. Por su parte, en 2009, la inflación podría alcanzar un nivel del 2,1% y no del 1,8% revisto anteriormente.
La tasa de inflación se situará de ese modo claramente por encima de la marca del 2%, considerada tope por el BCE para garantizar la estabilidad de los precios.
La entidad monetaria se encuentra desde hace tiempo en una encrucijada: las presiones inflacionistas favorecen una subida de tipos, pero la incertidumbre provocada por la crisis de crédito no aconseja esa medida, sino la contraria. De hecho, los ministros de Finanzas de la UE han aconsejado indirectamente una reducción de las tasas.
El precio del dinero de la zona euro se mantiene invariable en el 4% desde junio de 2007. Los economistas esperan que la entidad monetaria efectúe un recorte de 25 puntos básicos para primavera o verano, cuando se haya controlado algo más la inflación.
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