La precandidata demócrata Hillary Clinton libró ayer una batalla decisiva para sus aspiraciones presidenciales centrada en el electorado hispano en las primarias de Texas. La suerte de la senadora por Nueva York, que prometió proseguir su campaña hasta las primarias de Pensilvania a finales de abril, en caso de conseguir una victoria ayer, depende en gran parte del apoyo que pueda lograr en la comunidad hispana de Texas, que podría alcanzar el 40% de participación en las primarias demócratas. Si Clinton, de 60 años, mantiene el fuerte apoyo que logró en California o Nevada entre los latinos, podría frenar la campaña triunfal de su joven adversario, Barack Obama, de 46 años, que centró su campaña en la necesidad de un "cambio". Una encuesta publicada el lunes por Newlink Research pareció confirmar esa tendencia, al dar a la senadora un 74% de intención de los votos latinos, frente a sólo un 19% para Obama. En Texas viven 8,4 millones de hispanos, cerca del 36% de la población, que representaron en 2004 el 22,4% del electorado, según el Consejo Nacional de la Raza, la mayor organización latina del país.
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