El R. Madrid, obligado a remontar un 2-1 para no caer por cuarto año consecutivo en octavos
Más que a su fútbol, más bien discreto, el Real Madrid apela a la tradicional magia del Bernabéu y al desequilibrio de Robinho como factores determinantes para remontar un amenazante 2-1 ante la Roma y colarse en los cuartos de final de la "Champions" después de tres años de sinsabores.
El regreso del tándem Pepe-Cannavaro es una buena señal puesto que con ellos el Madrid no pierde y acumula nueve victorias y un empate. Pero no está Sergio Ramos, sancionado. Existe la convicción de que no se repetirán distracciones como las que costaron los dos goles en el Olímpico. Es prioritario que Totti no se pueda dar la vuelta y encarar, que el brasileño Mancini no rompa por banda y que De Rossi no se imponga en el centro del campo.
Con Guti y Robinho
Van Nistelrooy sigue de baja pero sí estará Guti, lo que debe de mejorar la circulación ofensiva. Pero Schuster se agarra a un Robinho otra vez en plenitud.
Sostienen Totti y Mancini, el extremo pretendido por el Madrid, que los romanos llegan con respeto pero sin miedo. Spalletti, que juega sin un ariete definido para sacar a los centrales, cree que han ganado autoestima tras golear al Parma (4-0) y afianzar el segundo puesto del Calcio.
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