Ayer por la tarde ingresó en prisión
Agentes de la Policía Nacional detuvieron el sábado en Tudela a un joven ecuatoriano de 23 años, P.P.F.A., como presunto autor de un delito de malos tratos en el ámbito familiar. Se da la circunstancia de que este hombre era buscado como presunto autor de un delito de homicidio en grado de tentativa cometido en una discoteca de Alcoy (Alicante). Ayer por la tarde ingresó en prisión.
En concreto, después de ser detenido en Tudela y trasladado a dependencias policiales, los agentes comprobaron que existía contra él una orden de detención requerida por un Juzgado de Instrucción de Alcoy (Alicante), informó la Policía Nacional en un comunicado.
El delito de homicidio en grado de tentativa fue cometido en una discoteca en la noche del 27 de enero, cuando protagonizó un incidente por el que tuvo que ser expulsada del local de ocio. Después, volvió a entrar para clavarle en el abdomen un arma blanca a un compatriota que había participado en el incidente.
Como resultado de la agresión, la víctima tuvo que ser hospitalizado e intervenida quirúrgicamente. En la actualidad se encuentra convaleciente de las heridas.
Igualmente pesaba sobre el arrestado una orden de detención para proceder a su expulsión de territorio nacional, en virtud de una resolución de la Subdelegación del Gobierno de Alicante dictada en el 1 de marzo de 2007.
La detención se produjo después de que un ciudadano de Tudela solicitara el pasado sábado la presencia policial en una vivienda próxima a la suya donde se estaba produciendo un caso de violencia doméstica. Los agentes desplazados al lugar hallaron a una mujer con signos evidentes de haber sido agredida.
La víctima manifestó que el agresor se encontraba en el interior del domicilio, tras lo cual fue detenido, mientras la víctima era trasladada a los servicios sanitarios de urgencia.
Según narró la víctima, había mantenido una relación de escasa convivencia con el detenido desde hacía cuatro años, fruto de la cual tenían un hijo en común de cuatro meses de edad. Además, afirmó que desde el nacimiento del bebé la abandonó y no había vuelto a verlo hasta los últimos días de febrero.
Manifestó también que durante su convivencia había sido sistemáticamente agredida y que no denunció los hechos por miedo a que le produjera más daño, ya que siempre le había dicho que si le denunciaba la mataría. Solicitó una orden de protección.
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