"La intuición y la capacidad para relacionarse convierte a las mujeres en buenas espías"
La periodista y escritora Laura Manzanera (Barcelona, 1966) se documentaba sobre la Guerra Civil estadounidense, para su trabajo habitual como jefa de sección de la revista de historia Clío, cuando le sorprendió la dimensión adquirida en el conflicto por algunas mujeres. A partir de este hilo, tejió Mujeres espías (Debate), un libro que recorre la historia de estas profesionales, utilizadas en todas las épocas pero no siempre reconocidas.
En su obra, Manzanera da una nueva "patada" al mito de Mata Hari y coloca en el lugar que se merecen otras espías como Marthe Richer o Edith Cavell.
¿Cómo surge la idea de Mujeres Espías?
Por casualidad. Me documentaba sobre la Guerra Civil americana y me percaté de la importancia de las mujeres en el conflicto. Me pregunté si el fenómeno se daba en otras épocas y constaté que así era. No abunda la información sobre las espías y menos en castellano. Me he basado en biografías y testimonios directos. Al secretismo que pesa sobre las mujeres, se une el que lleva implícito el espionaje.
Las mujeres espía ¿no se profesionalizan hasta la Primera Guerra Mundial?
Sí. Aunque su incursión en el espionaje se remonta a la antigüedad, antes estaban entre bambalinas, marginadas; las contrataban para cosas muy concretas. A raíz de la Primera Guerra Mundial, cuando comienza a alargarse el conflicto, se recurre a las mujeres.
Que no siempre han tenido buena fama en su relación con el espionaje.
Está mal considerado. Se relaciona con el sexo y la prostitución. Y sí, hay ejemplos de muchas mujeres que utilizaron su cuerpo pero otras echaron mano de la habilidad o la inteligencia.
La historia del espionaje femenino es inseparable de la del sexo, según explica. Ya en la Edad Media se utilizaban los prostíbulos.
Sí, los mismos fenicios tenían en los puertos del Mediterráneo que controlaban una serie de mujeres, destinadas a prostíbulos, especializadas en obtener información.
Muchos siglos después, ¿esto se repetiría con lugares como el salón Kitty.?
Que luego popularizó una película de los años 70. Una mujer, Kitty Smith, abrió el burdel más famoso de Berlín en los años treinta, por el que pasaba gente muy importante y los nazis vieron la posibilidad de convertirlo en una tapadera. Adiestraron una veintena de prostitutas y grabaron todas las conversaciones que tenían lugar en el salón. Todas las habitaciones estaban llenas de micrófonos. Hitler lo utilizó para controlar tanto a los aliados como a sus propios hombres.
De Mata Hari, la espía por excelencia, dice que espió poco y mal.
Se convirtió en un mito gracias a que la fusilaron. Sus logros en el espionaje fueron ridículos, su mayor mérito fue el de inventarse toda su vida. Gracias a ello, comienza a triunfar en la danza y, cuando le va mal, utiliza su cuerpo para mantener su elevadísimo tren de vida. Tuvo muchos amantes influyentes y uno, alemán, la contrata como espía. Intenta hacer algo, pero es muy ambiciosa y trabaja al mismo tiempo para los franceses, de agente doble, y la pillan.
¿A qué atribuye el mito de Mata Hari?
Con las guerras mundiales empieza la literatura y el cine de espías y se desata una especie de "espiomanía". El mito de Mata Hari llega a su máximo esplendor cuando Greta Garbo hace la película en 1931. Incluso el fiscal que llevó su caso llegó a decir que no valía nada como espía y que seguramente no había merecido la muerte. Fue una cabeza de turco.
¿Hay algunas características femeninas que hacen a las mujeres más válidas para el oficio?
Tal vez la intuición, la capacidad para las relaciones, que son valores femeninos, aunque no sólo los tengan las mujeres. Los detractores de las espías decían que no eran aptas para guardar secretos, y discrepo totalmente. También se les criticaba no tener conocimientos militares ni de alta política. Era verdad en parte, no por falta de capacidad sino porque no se habían metido en estos temas. Ahora bien, tenían el coraje. Incluso los detractores de las mujeres espías acabaron por contratarlas porque eran necesarias.
¿Quién fue la más pérfida, la que más traicionó?
Objetivamente, Mathilde Carré, llegó a delatar a cien de sus compañeros. Fue una de las espías de la Resistencia, gracias a ella funcionó la red interaliada, que reclutó a más de 200 personas en poco tiempo. La Gestapo la capturó y la puso contra la espada y la pared. Matilde la acompañó casa por casa de sus compañeros, fue juzgada en París, en el 49. Fue encarcelada, condenada a muerte y finalmente liberada y recluida en París en casa de sus padres.
¿El espía nace o se hace?
Es una mezcla de todo. Hay que tener una predisposición. Cualquiera no puede ser espía o hacerlo bien. Los entrenamiento son a menudo duros. Por ejemplo las mujeres del SOE (Special Operations Executive), creado por Churchill, sabían idiomas, las entrenaban en saltos de paracaídas, códigos secretos, criptografía... A veces se criticaba que la menor fuerza física de las mujeres era un impedimento, como contrapartida también pasaban más desapercibidas.
¿Tanto que algunos hombres, viendo las ventajas, empezaron a travestirse para tareas similares?
Muchos piensan que las mujeres no son capaces de hacer según que cosas, pasan por delante de sus narices y ni se enteran.
También, cuando las interceptaban, las solían tratar con más benevolencia.
Sí, en muchos casos. Los mismos detractores que se negaban veían que luego era necesario y las captaban para sus filas.
Las aventuras de estas chicas dan para una novela.
El libro es más bien un recorrido histórico, pero sí, ¿por qué no?, mientras escribía pensaba "esto es un novelón", una biografía, en el menor de los casos. No lo descarto.
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