Para el fiscal, fue "una irresponsabilidad" fuera del Derecho Penal, y para la acusación "arriesgó la seguridad del hijo"
La justicia ha absuelto al madrileño Luis Miguel Gómez Ballesteros por correr con su hijo de 10 años ante los cabestros del encierro en los pasados Sanfermines. El titular del Juzgado de lo Penal número 4 de Pamplona entiende que su actitud, calificada por el fiscal como "una grave irresponsabilidad que no tiene cabida en el Derecho Penal", no causó lesiones psicológicas a su ex mujer, que le pedía 12.
000 euros de indemnización, ni tampoco puede encajarse dentro del delito contra los deberes familiares. Además, el magistrado ha condenado a su ex mujer, que ejercía la acusación particular, a pagar las costas del proceso judicial.
El juez adelantó su resolución al finalizar la vista oral celebrada ayer en el Palacio de Justicia. Durante la misma, el procesado lamentó lo ocurrido. "Me arrepiento, no lo volvería a hacer", declaró. Sin embargo, reiteró que su hijo "no corrió peligro". "Los cabestros jamás han atacado a una persona, y yo protegí a mi hijo en todo momento porque no lo solté de la mano". Recordó en su declaración que la mañana del 10 de julio su hijo vio el encierro desde un balcón, y al término de la carrera bajó a la calle: "Como tiene mucha afición, demasiada, me dijo "Papá, vamos a correr". Y como ya había sonado el cuarto cohete (el que anuncia que los toros ya están en los corrales) y venían los cabestros de cola, corrimos. No vi peligro en eso". El corredor reconoció asimismo que no ha pagado la multa de 150 euros que le impuso el Ayuntamiento de Pamplona por infringir la normativa.
Su ex mujer declaró que el imputado "puso en peligro la integridad física y psicológica del niño" y que tras enterarse por las imágenes que publicó la prensa, sintió "impotencia, sorpresa y rabia", por lo que denunció los hechos y un juez le retiró las visitas al padre. "Ver a mi hijo como le vi, y a su padre riéndose como se reía, me hizo caer en una depresión", explicó. La mujer apuntó que estuvo de baja médica desde mediados de julio hasta finales del pasado año, y añadió que aún sigue en tratamiento psicológico y que toma tranquilizantes y antidepresivos. Sin embargo, no respondió a la preguntas de la defensa en la que se le cuestionaba por qué si entró en depresión en julio el primer informe médico presentado era de octubre. En el juicio también declaró el padre de la ex mujer, que se preguntó qué habría pasado si su nieto llega a tropezar. "¿Los cabestros le habrían saltado, o no?".
Cabestros: peligrosos o no
En sus conclusiones, el fiscal pidió la absolución del corredor por entender que los hechos eran "una gran irresponsabilidad, una situación arriesgada y gratuita, pero al margen del Derecho Penal". Consideró que no está demostrado que este "incidente aislado" causara las lesiones psicológicas de la mujer, y consideró que el otro delito del que se le acusaba, contra los deberes familiares, necesita un incumplimiento que sea persistente, por lo que el caso no encaja en la jurisprudencia.
La acusación entendió lo contrario, puesto que "el deber de un padre es velar por la vida de su hijo y ello conlleva evitar situaciones de riesgo", y citó varios casos de heridos y muertos por la acción de cabestros. También defendió que la causalidad entre lo ocurrido y la depresión de su clienta sí estaba demostrada: "Si nunca ha tomado medicación ni ha ido al psicólogo, y dos días después de los hechos lo hace, está clara la causalidad". Pedía 1.080 euros por un delito contra los deberes familiares y un año de prisión por las lesiones psíquicas.
La defensa del corredor consideró que la acusación se ha aprovechado "de la repercusión mediática y un tratamiento sensacionalista para beneficio propio". Agregó que los cabestros de cola no tienen peligro, y que los casos citados por la acusación se referían "a toros capones".
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