La constructora, que ganó un 37% en 2007, crea una nueva unidad para estudiar las "oportunidades" en el negocio de la energía
Consejero delegado nuevo, vida nueva. Eso es lo que sucedió en FCC, que, después de renegar durante años de todo lo que no fuera su actividad tradicional, decidió entrar ahora en el negocio de la energía. Un segmento que se encargaron de calentar el resto de grandes constructoras españolas.
Baldomero Falcones, recién nombrado vicepresidente y primer ejecutivo del grupo controlado por Esther Koplowitz, dio un giro de 180 grados a la política de la empresa y creó una unidad especializada en "detectar oportunidades" en el segmento energético. El control de costes será en los próximos tres años otra de sus prioridades para FCC.
El vicepresidente de la constructora presentó ayer los resultados de FCC en el pasado año 2007, ejercicio en el que la compañía ganó 737 millones de euros, un 37,8% más que un año antes.
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