Post-debate

E L tema del día era, lógicamente, el debate. Imposible hablar con quien sea y no hacer algún comentario. Justo hoy he quedado a comer con Ignacio Martínez Alfaro, con quien compartí años intensos en el Gobierno de Navarra. Ignacio es un buen amigo y un gran conversador, y dispone de una capacidad de análisis crítico siempre aguda e ingeniosa. Ha sido el contertulio idóneo para hablar del debate. Ambos creemos que ganó Rajoy, con diferencia.

Pero también que vivimos en un mundo de apariencias, en el que las cosas no son como son sino como parecen ser, como nos las quieren contar. Especialmente en televisión, el modelo imperante es el del Gran hermano. Unos saldrán en pantalla y otros se encargarán de hacer los comentarios y adobar la opinión del espectador. Con lo del debate pasa lo mismo: habrá quien haya dormido con una idea, y a estas horas ya la habrá mudado para acomodarse a la corriente de opinión imperante. He pasado la mañana atendiendo a varios medios y aquilatando la agenda. Por la tarde, grabando un debate con Uxue Barkos, sin tantas reglas y rigideces como el que vimos ayer. Mitin en Villafranca, con lleno asegurado. Aunque llevo algo de maquillaje en la cara, sigo seguro de cómo se ganan unas elecciones: con la verdad por delante.