Los dos cadáveres hallados en el fondo de una cisterna en una localidad del sur de Italia son los de dos hermanos desaparecidos en 2006, en un caso que conmovió al país y por el que está detenido el padre, según confirmó ayer el fiscal de Bari, Emilio Marzano. El fiscal Marzano añadió que, según los primeros análisis, "se tiene la sensación de que sufrieron una muerte horrible".
Francesco y Salvatore Pappalardi, de 13 y 11 años, desaparecieron en junio de 2006 en Gravina in Puglia (sur de Italia), donde residían con su padre, y durante todo ese tiempo se han barajado numerosas hipótesis, como que cayeron en una red de pederastia o que fueron entregados a una banda de delincuentes. Los cadáveres estaban, sin embargo, cerca del lugar donde se les vio por última vez, en un local que servía de cisterna para el agua de una casona abandonada, en medio de la pequeña localidad. El descubrimiento llegó por casualidad, después de que los bomberos rescataron ayer a un niño que había caído en un pozo que se comunica con el lugar donde estaban los dos cuerpos. EFE
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