Los hechos se produjeron cuando el acusado regresó a casa después del trabajo y tras consumir alcohol y un gramo de cocaína junto a un compañero
Comenzó hoy el juicio por el triple parricida de Elche (Alicante), José María N.M, el hombre que asesinó a mazazos a su mujer y a sus dos hijos de seis y dos años de edad en 2005. Momentos antes del inicio del proceso el abogado del imputado, José Mariano Trillo-Figueroa, aseguró que su cliente "está arrepentido" por todo lo sucedido y que además, tal y como posteriormente declaró ante el juez el parricida, no recuerda nada de lo que sucedió ese día, ya que se encontraba bajo los efectos de las drogas y del alcohol, lo que "potenció la situación de enajenación mental transitoria" que llevó a su defendido a matar a su familia.
Los hechos se produjeron cuando el acusado regresó a casa después del trabajo y tras consumir alcohol y un gramo de cocaína junto a un compañero. Una vez en su vivienda cogió una maza con empuñadura de metal que utilizaba para su trabajo y se introdujo en la habitación donde dormía su mujer y sus dos hijos en donde cogió dinero de una cómoda y posteriormente golpeó repetidamente con la maza a su mujer y a los menores, y acto seguido lavó la maza en la ducha del cuarto de baño, tras lo cual se perfumó y con el mismo mono de trabajo que llevaba se marchó junto a otros conocidos que le esperaban fuera, ajenos a lo ocurrido, a un local del municipio alicantino.
Hoy, casi tres años después de estos hechos, comenzaba el juicio por un caso que conmocionó a Elche y en el que el acusado aseguró ante el magistrado que tiene consciencia de haber matado a su familia y que es "ajeno a todos lo hechos" de los que se le acusa. Sobre esto, su abogado explicó a los medios de comunicación que se congregaron a las puertas de los juzgados, que si bien José María M.N reconoce "ser el autor de los hechos, no es menos cierto que es inimputable criminalmente".
Para hacer estas declaraciones, explicó Trillo-Figueroa, se basa en que su defendido actuó siempre "bajo el consumo de drogas y el alcohol, lo que potenció una situación de enajenación mental transitoria", lo que ha provocado que su memoria se viera afectada. Al respecto, adelantó que llevará al proceso un psiquiatra forense que intervendrá en una de las próximas sesiones para exponer el contenido del informe psiquiátrico realizado al acusado.
Sin embargo, el fiscal considera que en el momento de los hechos el acusado "conocía y comprendía" el alcance de su actos, y por ello le imputa tres delitos de asesinato por alevosía, con el agravante de parentesco, por el que pide una pena de 20 años de prisión, con inhabilitación absoluta por un periodo de 20 años por cada uno de los tres asesinatos. Del mismo modo, reclama una indemnización a los legítimos herederos de los tres fallecidos de 150.000 euros por la muerte de cada uno de ellos, más los intereses legales, según consta en el mismo escrito de acusación.
Refugiado en la religión
Por otra parte, Trillo-Figueroa comentó que su defendido está "absolutamente arrepentido", y recordó que "estuvo destrozado y ahora se ha refugiado en la religión católica y con esa idea vive". Así, relató que José María M.N. "está muy sereno y tranquilo", y "tiene asumida la situación de prisión, ahora y en el futuro". Tras permanecer los últimos años recluido en el centro penitenciario de Herrera de la Mancha (Ciudad Real), al procesado "no le da ningún miedo ninguna condena que puedan ponerle", según relató el letrado
"Él quiere de alguna manera servir a Dios, piensa que su vida ya acabó aquel día: si sale libre, se quiere ir a las misiones, y si se queda en prisión, estaría encantado de predicar la palabra de Dios dentro de la prisión", indicó.
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