Condenada a diez años la etarra que planeó atentar contra Fraga en 2001

Fotografía de archivo tomada el 05/03/07 de la etarra Nerea Garaizar Sanmartín a su llegada al aeropuerto de Barajas en Madrid, procedente de París, tras ser entregada por Francia. La Audiencia Nacional ha condenado hoy a diez años de prisión a Nerea Garaizar por planear el asesinato en 2001 del entonces presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga.

La Audiencia Nacional condenó hoy a diez años de prisión a la etarra Nerea Garaizar San Martín por planificar, entre octubre de 2000 y marzo de 2001 el asesinato del entonces presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga. Garaizar fue considerada culpable de un delito de homicidio terrorista en grado de conspiración, aunque rebaja la pena de 14 años solicitada por el fiscal Ignacio Gordillo y aplica el límite inferior correspondiente a este delito porque no llegó a consumarse.

La etarra, junto a su compañera del 'comando Zapaburu' Alicia Lucía Sáez de la Cuesta Martínez San Vicente, ya condenada por estos hechos, se instaló en Santiago de Compostela en octubre de 2000 para preparar un atentado con coche bomba contra Fraga. A partir de entonces, y hasta marzo del año siguiente, las dos realizaron labores de vigilancia para recabar información "los horarios, recorridos, domicilio familiar, lugar de vacaciones, costumbres tipo de vehículo y medidas de protección y seguridad" que tenía el dirigente gallego.

Finalmente el intento de homicidio, destaca el tribunal, "no se llevó a cabo" porque las dos etarras fueron detenidas a finales de marzo de 2001, "antes de que encontraran el momento y lugar propicios para asegurar el éxito del crimen y su posterior impunidad".

También hoy, la Audiencia Nacional absolvió al etarra José Javier Arizcuren Ruiz, alias 'Kantauri', por el atentado que la banda terrorista perpetró el 1 de marzo de 1987 contra la casa-cuartel de la Guardia Civil de Orozco (Vizcaya). 'Kantauri', que se enfrentaba a una pena de cinco años de prisión, fue absuelto al no encontrarse más pruebas en su contra que la declaración de otro etarra, que además durante el juicio se limitó a decir que "no recordaba absolutamente nada" de lo sucedido.