E N contra de una impresión primera muy extendida, algunos medios bien informados creen que las decisiones tomadas el domingo por el Parlamento cubano -de hecho por Raúl Castro- no bloquean necesariamente el proceso reformista y sólo significa el primer movimiento del nuevo líder.
El apalancamiento del poder político por el grupo de dirigentes que ya estaban a cargo -todos miembros de la dirección del Partido Comunista- es menos relevante que el hecho de que la mayoría son todos conocidos "raulistas", y desde luego lo son Ramón Machado, primer vicepresidente; Casas Regueiro, ministro de las Fuerzas Armadas desde ayer; Abelardo Colomé, ministro del Interior, y Juan Almeida, vicepresidente y jefe de la asociación de ex combatientes.
Una fuente cubana al corriente de los criterios de ubicación de los dirigentes y sus presuntos criterios sobre cómo proceder creen posible dar como relativamente dañados por los cambios a Carlos Lage, una especie de viceprimer ministro con mucha autoridad en los asuntos cotidianos, y Felipe Pérez Roque, el joven (42 años) ministro de Asuntos Exteriores que debe todo a Fidel Castro, de quien fue muchos años secretario particular y confidente. Desde esta primera interpretación se podría dar como afirmación clave del discurso de Raúl la que mencionó al PC como el único heredero digno (no él, que sería una especie de albacea de la nueva situación), lo que podría ser visto como un primer paso a favor de la preferencia por el traído y llevado modelo chino, inseparable ciertamente de la preservación del partido único como una potencia insoslayable. La decepción expresada universalmente por lo que parece una lección de inmovilismo sin paliativos podría ser matizada, según la fuente. Desaparecida la URSS, que provocó la aparición del oficio del "kremlinólogo", empieza ahora un delicado periodo político en el complejo serrallo del poder político cubano.
Y los "cubanólogos" disponibles, en resumen, proponen que hoy retengamos sólo que los "raulistas" han tomado posiciones y son los ganadores del primer "round". Y a esperar acontecimientos.
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