Nuevos "valedores" del aceite navarro

ARRÓNIZ vio crecer ayer el número de defensores de las bondades del aceite navarro. La Orden de la oliva de Navarra y de la tostada de Arróniz celebró su quinto capítulo, en el que nombró nuevos miembros de número y de mérito. Este año, el protagonismo se lo llevaron las mujeres.

Por vez primera, la Orden nombraba Damas de honor, y lo hacía en "una muestra de reconocimiento a la mujer". Obtuvieron esta distinción Celina Compains Iribarren, presidenta del Ateneo Navarro (fue la pregonera de la jornada, y recibió también la Oliva de Oro); Mª Ángeles Mezquíriz Irujo, arqueóloga y ex directora del Museo de Navarra; Mª Pilar García Granero, presidenta del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Vino de Navarra (dirigió una cata de aceite); Soledad Gracía Romero, experta en aceite de oliva; y Teresa Catalán Sánchez, catedrática en composición musical (no pudo asistir).

Asimismo, la Orden engrosó las filas de sus Caballeros de número con el nombramiento de cuatro nuevos: Eva Mercedes Urzainqui Osés, ATS en Arróniz durante muchos años; José Ángel Fernández Álvarez, agricultor olivarero de Arróniz; Vicente Pérez de Vidaurreta, empresario y colaborador de la Orden de la oliva; y José Luis Catalán Jiménez, industrial y colaborador de la Orden.

Hubo, además, tres reconocimientos especiales: a la Sociedad Gaztelubide de San Sebastián, que apoya la fiesta de la tostada con su fanfarre (recogió el Olivo de Plata su presidente, José Antonio Salas); al restaurante Richard de Estella (se entregó el Olivo de Plata a su propietario, Ángel Castillo); y al ex alcalde de Arróniz y uno de los promotores de la fiesta, Antonio Barbarin Garísoain (se le impuso una Oliva de Oro).

Landa, Medalla de Oro

El popular actor navarro recientemente jubilado Alfredo Landa, que ostenta el cargo de Gran Prior de la Orden, recibió ayer la primera Medalla de Oro del Ayuntamiento de Arróniz. Landa, que fue elegido años atrás por la Orden para ocupar este puesto honorífico "por su nombre, prestigio y empaque", se mostró visiblemente emocionado por recibir este reconocimiento. "No es un premio del Ayuntamiento, sino de todo el pueblo", dijo el alcalde, Rubén Osés Martínez.

"Estoy totalmente desbordado. Una vez retirado, me faltaba una guinda que culminara la tarta que ha sido mi vida, y eso ha llegado hoy con esta medalla", afirmó. Destacó también que un vecino le regaló una pequeña imagen de la Virgen del Puy ("que es la mía", dijo) a la que dará todos los días las gracias por el cariño recibido en el pueblo. "Este año haré más promoción que nunca de la fiesta. Preparad para el año que viene el doble de litros de aceite", anunció jocoso.