"Han olvidado que el PP tiene agallas, cuajo y aguante para aguantar las peores circunstancias posibles"
El candidato del PP a la Presidencia del Gobierno, Mariano Rajoy, afirmó ayer que a José Luis Rodríguez Zapatero "se le ha subido La Moncloa a la cabeza y se ha olvidado de las personas", y recordó que, en vez de dialogar con la inmensa mayoría de los españoles, lo ha hecho "con ETA, con ERC, con IU".
"Ha dividido a los españoles, ha presentado un proyecto de discordia, ha manipulado las palabras. El diálogo era con ETA, con ERC, con IU, pero no ha dialogado con la inmensa mayoría de los españoles, que representan al PP y a su propio partido, el PSOE, al que ha traicionado", aseveró.
Rajoy participó en su tercer día de campaña electoral en un mitin en Burgos, donde llenó el Polideportivo El Plantío con alrededor de 4.000 personas, al que acudió por primera vez en esta campaña el número dos del PP por Madrid, Manuel Pizarro, quien, aunque en principio no estaba previsto, tomó la palabra.
Burgos -que cuenta con dos diputados del PP y dos del PSOE- es una de las provincias prioritarias para los populares, ya que la diferencia es muy pequeña para conseguir arrancar un escaño a los socialistas y quedarse el PP con tres.
"El cambio es una necesidad"
Rajoy destacó que el cambio político en España es una "necesidad nacional" después de cuatro años en los que Zapatero ha estado en la "alianza del planeta", por lo que le preguntó: "¿Y quién se alía con el currante?"
El líder del PP pidió a los españoles que el día 9 de marzo acudan a votar "no con miedo, como quieren ellos", sino "con alegría, reflexión, sensatez, sentido común y pensando que en vuestras manos está el destino de España, esta gran nación".
Arropado por el presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, y por el número 1 por Burgos y alcalde de esta ciudad, Juan Carlos Aparicio, el presidente del PP consideró que Zapatero ha sembrado en esta legislatura "tensión, discordia y división, mientras hablaba de entendimiento, convivencia y talante".
Aseguró que, tras su entrevista en Cuatro en la que reconoció que quería tensión y dramatismo en la campaña, "el mito del talante saltó por los aires, la mentira quedó al descubierto y las vergüenzas las vieron todos los españoles". "Creó problemas, y muchos, a los españoles y luego puso cara de seminarista y le echó la culpa de todo al PP".
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