La finlandesa Nokia va a cerrar su planta de teléfonos móviles en Bochum (Alemania) tras instalar una factoría en Rumanía, país que se está convirtiendo en el nuevo destino de las deslocalizaciones europeas debido a sus menores costes laborales.
DE Bochum (Alemania) a Transilvania. La finlandesa Nokia se ha sumado al fenómeno de la deslocalización en una polémica decisión empresarial. Cierra su planta en Alemania para trasladar la producción de móviles a Rumanía.
En la pequeña localidad de Jucu, en la meseta transilvana, empezó a funcionar hace unos días la nueva fábrica de Nokia, que ya ha contratado a los primeros mil obreros e ingenieros. "Nokia es para nosotros y para toda la región un don del cielo", declara Ioan Dorel Pojar, alcalde de Jucu y añadió que la inversión de 60 millones de euros de la compañía finlandesa creará 3.500 empleos directos y 15.000 indirectos.
El suelo industrial ha pasado en dos años de costar un euro el metro cuadrado a 50 euros. Junto al polígono industrial se levanta un centro comercial, varias urbanizaciones y una autopista. Aunque pocos de los 4.200 campesinos del pueblo sueñen con convertirse en especialistas punta para trabajar en Nokia, todos ellos apuestan por el desarrollo de la región para vender mejor sus legumbres y productos animales o para montar pequeños negocios.
Boicot en Alemania
La mayoría de los trabajadores de Nokia vendrá de Cluj, capital histórica de Transilvania, gran centro universitario con 400.000 habitantes y que en los últimos diez años perdió más de 60.000 puestos de trabajo con el cierre de las industrias locales. "Hemos perdido nuestros empleos, hubo dramas, pero no nos hemos ahorcado y la vida sigue adelante. Hemos aprendido otros oficios y hemos buscado trabajo allá donde lo haya", dijo Pojar.
Comentando las protestas de Alemania y la situación de los 2.300 germanos que Nokia despedirá por el cierre de la planta de Nokia en Bochum, el alcalde reiteró la invitación a los afectados para ir a trabajar a Rumanía. "Tal como nosotros vamos a trabajar a Alemania, pueden venir ellos también a trabajar a Rumanía", dijo Pojar.
Cuánto ganará un rumano en Nokia en la cadena de montaje es por el momento confidencial, aunque se baraja un sueldo superior al promedio (de 450 euros) en la región, incluida una comida gratuita, sala de gimnasia, sauna y pistas de deporte.
Mientras a 2.000 kilómetros distancia, los sindicatos alemanes luchan por indemnizaciones millonarias, Berlín boicotea a la compañía Nokia a la que acusa de hacer "un capitalismo salvaje", tras exigir que la UE prohíba la apertura de la fábrica en Rumanía, por haber empleado supuestamente fondos comunitarios.
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