Mientras los blancos celebraban un gol anulado marcó el Getafe
Un despiste infantil en la celebración de un gol anulado a Robben, aprovechado a la perfección por el Getafe, provocó la tercera derrota liguera de los últimos cuatro encuentros del Real Madrid, instalado en un mar de dudas en un momento clave de la temporada.
El Madrid fulminó su marca de 18 victorias consecutivas en el Bernabéu. El Getafe no era el rival más propicio. Fue el último en puntuar en el coliseo blanco y sus buenas actuaciones se repiten. Sus bajas -hasta siete- y la imposibilidad de Granero y De la Red de jugar ante el equipo que les formó, no provocó la perdida de identidad del equipo azulón.
A Michael Laudrup le bastó el orden para fulminar el fútbol de un Real Madrid sin ritmo y sintió dudas con el paso de los minutos. Dos cabezazos de Baptista y Guti no inquietaron al Pato, que mostró la característica del arquero argentino al aguantar y salvar un mano a mano con Raúl, y respiró ante la ocasión más clara, para Van Nistelrooy, que eligió mal y optó por picar fuera el esférico.
Y eso que Schuster quiso mandar desde el inicio, con la firme intención de demostrar la fuerza del líder. Fue un espejismo. Las diabluras de Robben por la derecha de inicio, y por la izquierda desde la entrada de Mario, se difuminaron. Y aunque Guti se hartó de dar criterio, no hubo remate en todo el duelo.
El equipo de Schuster no tuvo rumbo. Gago perdió la jerarquía que se había ganado y Baptista estuvo perdido. Se ganó los silbidos de la grada en el encuentro con menos ocasiones blancas de toda la temporada.
Sólo el corazón tiró del Real Madrid para luchar hasta el final por un imposible.El equipo de Schuster se adentra en su peor momento tras perder cuatro de sus cinco últimos partidos.
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