Álvarez Izquierdo prescindió de los recogepelotas durante los últimos diez minutos de la primera parte. El público, que se metió en el partido desde el principio, ya tiene un nuevo ídolo, Kike Sola.
A NDABA el Reyno de Navarra huérfano de héroes y ayer encontró uno, Kike Sola. El canterano navarro tiene todas las papeletas para convertirse en el niño mimado de la afición. Lo refrendó con su tempranero gol que hizo hervir a la grada con gritos de "Kike, Kike". El segundo gol, un par de minutos después, volvió loca a la grada, que en estos partidos no necesita demasiado para entrar en calor.
Los 17.384 espectadores que ayer se acercaron al Reyno de Navarra disfrutaron de la mejor primera parte del equipo en esta temporada y pudieron hacer sangre con un rival de esos que le ponen a la afición, como dijo Kike Sola durante la semana.
Entonces apareció Forlán y se inventó un golazo para meter el susto en el cuerpo a los seguidores rojillos, que pronto vieron que el equipo ni mucho menos se hundía tras el zarpazo. De todas formas, y por si acaso, los recogepelotas decidieron arañarle segundos al crono y sacar de quicio al trencilla de turno. Álvarez Izquierdo se mosqueó por la falta de pelotas (de las de cuero, porque de las otras ayer no hubo problema) y decidió prescindir de ellos durante diez minutos. "En el minuto 35 advierto al delegado de campo del comportamiento de los chicos encargados de recoger los balones en las bandas, ya que los mismos no suministraban el balón cuando era requerido, ante la insistencia de este comportamiento por su parte, decido prescindir de los servicios de los recogepelotas hasta el final de la primera parte. En el descanso, y tras una conversación con el delegado de campo en la que me asegura que el comportamiento de estos chicos va a ser el adecuadoo, vuelvo a utilizar los servicios de los mismos hasta el final del encuentro sin más incidencias que resaltar", recogió el árbitro en el acta.
Mientras tanto, la grada despedía eufórica el partido al ritmo del riau-riau.
© DIARIO DE NAVARRA. Queda prohibida toda reproducción sin permiso escrito de la empresa a los efectos del artículo 32.1, párrafo segundo, de la Ley de Propiedad Intelectual