Los cortes de varias calles por las manifestaciones provocaron pequeños atascos y el nerviosismo de los conductores
Las ya de por sí concurridas calles del centro pamplonés en una tarde de sábado acogieron ayer a cientos de manifestantes que marcharon por tres causas bien distintas. El azar hizo que coincidieran en la misma zona y prácticamente a la misma hora los detractores de Itoiz y del recrecimiento de Yesa, los trabajadores de la empresa Dura Automotive, que ha anunciado su cierre, y el colectivo de inmigrantes de Navarra, que solicitaron el reconocimiento de derechos.
Con una temperatura primaveral, de casi 20 grados, no fueron pocos los navarros que aprovecharon la tarde para pasear e ir de compras por el Casco Viejo y el Ensanche. Aunque en su trayecto, muchos tuvieron que esquivar a los manifestantes, que con pitos, bocinas e, incluso, irrintzis reivindicaron sus causas por las calles. Miradas atentas y preguntas como "¿y estos quiénes son?" o "¿qué pasa aquí?" se oían en los corrillos en el Paseo Sarasate y en Carlos III.
Donde sí hubo problemas fue en el tráfico. Los agentes de la Policía Municipal se esmeraban en poner orden y redirigir el tráfico entre las calles cortadas pero no pudieron evitar pequeños atascos, bocinazos y las caras largas de los conductores.
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