Consejeros, directores generales y secretarios generales técnicos de los distintos departamentos también han comenzado a emplearla
El presidente Miguel Sanz ha utilizado por primera vez su firma digital en un documento público, en concreto un Decreto Foral que crea la Comisión de Administración Electrónica para extender este sistema en los servicios del Gobierno Foral. El Gobierno indica en un comunicado que los consejeros, directores generales y secretarios generales técnicos de los distintos departamentos ya han comenzado a emplearla en el envío de correos y en la suscripción de documentos y, en breve, también se recurrirá a ella en las relaciones con el Defensor del Pueblo.
El objetivo es dotar poco a poco de este sistema a todo el personal y para ello en la intranet del Gobierno de Navarra se ha colgado ya una guía sobre cómo conseguirla.
Esta es parte de la administración electrónica de que se quiere dotar la Comunidad Foral para conseguir una mayor eficacia en el servicio al ciudadano mediante la incorporación progresiva de técnicas y medios electrónicos, informáticos y telemáticos admisibles en la tramitación de los procedimientos administrativos y en sus relaciones internas y externas.
De cara a los ciudadanos, en estos momentos Hacienda acepta la firma digital en servicios como el certificado de estar al corriente de las obligaciones fiscales, impuestos de sucesiones, sobre patrimonio, matriculación y declaración del IVA, y también es posible utilizarla para la consulta de bibliotecas, reserva de plazas de albergues o para adquisición de publicaciones.
Para aproximar este sistema al ciudadano, el Gobierno de Navarra firmó un convenio según el cual todos sus registros actúan como auxiliares de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, de forma que los interesados pueden solicitar la firma digital en la web http://www.fnmt.es, posteriormente, con el código de solicitud y un documento de identificación, acudir a un registro del Gobierno foral y descargar después el certificado de Internet.
La firma electrónica equivale a la autógrafa en orden a la identificación del autor gracias a la vinculación de las dos claves, la pública, que conocen todos los eventuales destinatarios del documento, y la clave privada, que sólo conoce el autor del mismo y que desaparece de éste si es alterado, lo que garantiza la integridad de los contenidos, además de que el sistema también asegura al emisor que el documento ha llegado a su destino y que el receptor lo ha recibido.
Con la firma electrónica se alcanza, por tanto, un nivel de seguridad mucho más alto incluso que con un documento en papel con firma manuscrita y es que la firma digital, a pesar de su denominación, no es sólo un instrumento de identificación sino el medio de intervenir en un nuevo entorno jurídico-mercantil.
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