El consistorio establecerá una zona en el futuro Plan General de Ordenación Urbana para ubicar esta instalación eléctrica
El Ayuntamiento de Tudela retirará del casco urbano la subestación eléctrica que Iberdrola posee en el barrio de la Azucarera. El consistorio recogerá una zona para la ubicación de esta instalación en el futuro Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), actualmente en fase de redacción. Además, y según apuntaron los vecinos afectados, el ayuntamiento adoptará varias medidas previas al traslado de la subestación para paliar "los inconvenientes que genera esta instalación".
La concejala de Ordenación Urbana, Mariví Castillo, manifestó esta decisión durante la reunión que mantuvo ayer con Iberdrola y con los vecinos.
En la cita estuvieron presentes los representantes de la empresa Javier Goitia, responsable de Calidad Ambiental; Carmelo Oiz, responsable de extensión de red en Navarra; Luis Miguel Bernal, responsable de subestaciones en la zona sur; y Maite Fernández, médico de prevención de Salud Laboral. Por parte de los vecinos acudieron Iñaki Marqués Bozal, Iñaki Marqués Rubio y Julio Lizar Martínez. La edil Mariví Castillo (UPN) estuvo acompañada por Milagros Rubio y Manuel Campillo, portavoces de los grupos municipales de NaBai y PSN, respectivamente.
La edil indicó que el ayuntamiento cumplirá el compromiso que contrajo en abril de 2007 para trasladar la citada subestación fuera del casco urbano, atendiendo así la demanda de un grupo de vecinos de la Azucarera, avalada por 1.700 firmas de apoyo. Tras la reunión, Castillo se mostró satisfecha por la receptividad mostrada por Iberdrola en este tema.
Por su parte, la empresa indicó que estudiará el tema y remitirá al consistorio un informe con el presupuesto necesario para el traslado. Según apuntó Iberdrola, el coste deberá ser cubierto íntegramente por el ayuntamiento. Además, la empresa quiso resaltar que la posible retirada de la subestación atiende a cuestiones meramente urbanísticas "y nunca por temas relacionados con las emisiones radioeléctricas". De hecho, desde Iberdrola se apuntó ayer que el nivel de emisiones de la instalación no supera las 0,2 microteslas, cuando el máximo permitido es de 100.
Los vecinos, "esperanzados"
Los representantes de los vecinos aprovecharon la reunión para transmitir al ayuntamiento y a Iberdrola su preocupación por los efectos que puede tener la subestación en la salud de las personas, además de indicar que provoca "molestias, riesgo de incendios, y perjuicios para la estética e imagen del barrio".
La decisión hecha pública por la concejala fue recibida por los vecinos con satisfacción, aunque solicitaron celeridad a la hora de realizar el traslado. "Estamos esperanzados por el curso de la reunión, pero mostramos nuestra preocupación por el lento ritmo que, a veces, tiene la ejecución de este tipo de acuerdos", indicó Iñaki Marqués Rubio, quien señaló que el consistorio adoptará una serie de medidas para paliar algunos de los "perjuicios" que provoca esta instalación, "siempre como un paso intermedio y nunca como una solución definitiva". Como apuntó Marqués, alguna de estas medidas podría ser la colocación de una serie de pantallas para separar la subestación de la hilera de casas más cercana.
Las tres partes implicadas se volverán a reunir en el plazo de un mes, concretamente el próximo 17 de marzo. El objetivo principal de esta reunión será trabajar sobre la posible ubicación de la instalación eléctrica y determinar las medidas paliativas que se adoptarán hasta que comiencen las obras de traslado de la subestación de Iberdrola.
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