Los fabricantes españoles prevén en España una caída del 23,5% en 2008 y de un 20% en 2009
El consumo de cemento en España caerá un 23,5% este año y un 20% el que viene, lo que supone el periodo más duro de la historia para un sector que "es el primer eslabón de la cadena de la construcción y la vivienda, que da empleo a cientos de miles de personas en España", según su patronal, Oficemen. La organización reclama al Gobierno claridad en su diagnóstico de la crisis y medidas urgentes, reales y efectivas que traten de paliar la actual sangría de desempleos.
Entre sus demandas más urgentes destacan las de aumentar y, sobre todo, concretar más obra pública (carreteras, puertos, etc.) así como la de levantar 100.000 pisos protegidos en todo el país.
La incertidumbre
El presidente de Oficemen, Jean Martin-Saint-Léon, se mostró muy crítico con la indefinición del Ejecutivo y advirtió que la incertidumbre sobre algunos aspectos esenciales para la industria (como las tarifas eléctricas o el nivel de obra pública) impiden a las cementeras afrontar nuevas inversiones. El directivo aseguró que el límite de 5 millones por obra impuesto en el plan de reactivación de la economía dirigido a los ayuntamientos y dotado de 8.000 millones de euros "es claramente insuficiente para frenar el paro".
Otro de los grandes lastres de las cementeras es el relacionado con las emisiones de CO2. Oficemen asegura que si, como pretende la Comisión Europea, las factorías se ven obligadas a pagar por lo que contaminan, la deslocalización de fábricas en toda Europa será inevitable. En España, y según sus cálculos, el impacto directo de la Directiva de Comercio de Emisiones -que contempla una reducción de la contaminación del 20% en 2020 sobre el nivel emitido a la atmósfera en 2005- podría destruir 5.000 de los 7.000 puestos de trabajo con que cuenta el negocio.
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