Una brutal confesión de culpabilidad, una declaración de amor y una solicitud de separación. Todo eso mezclan las últimas declaraciones del marido de la cantante de soul Amy Winehouse, Blake Fielder-Civil, que quiere abandonar a su mujer para no arrastrarla consigo cada vez más al fondo del lodo de las drogas. "Yo metí a Amy en eso.
Sin mí, seguro que ella no hubiese seguido ese camino", dijo Fielder-Civil, de 26 años, en una entrevista que publicó ayer el periódico británico News of the World. "Para que se recupere, tengo que dejarla sola", aseguró el británico. "Yo convertí a Amy en una yonki". DPA
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