"No podíamos escapar por la recepción y buscamos otra salida, la de las cocinas, para alcanzar la calle"
LA presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, contó ayer a su regreso de Bombay que nunca pensó estar viviendo un atentado terrorista, pero que en el caos que se produjo en su hotel llegó a perder los zapatos y pisó "bastante sangre" mientras trataba de escapar del lugar.
Aguirre llegó a la sede de la presidencia regional madrileña pasadas las 11.20 horas, después de que su avión hubiera aterrizado una hora y media antes en Barajas, procedente de Zurich, a donde había viajado la noche anterior desde Bombay.
Con buen aspecto, aunque sin cambiarse de ropa en las últimas 24 horas, Aguirre fue recibida en la sede del Gobierno por sus consejeros con besos y abrazos.
Explicó que hacia las diez menos cuarto de la noche, hora local, la delegación madrileña llegó al hotel Oberoi donde "todos" pasaron por el arco de seguridad y fueron recibidos por el personal con el tradicional "punto rojo en la frente, el collar de pétalos de rosa" y un zumo.
En el vestíbulo, Aguirre se encontró con el alcalde de Majadahonda, Narciso de Foxá, que no formaba parte de la delegación, pero estaba allí para repatriar el cadáver de un hermano, fallecido el día anterior.
La presidenta, amiga de Foxá desde la infancia, contó que estaba escuchando el "dramático relato" del alcalde cuando percibió "un ruido de cristales que caían del techo" y luego "una ráfaga de metralleta, un tiroteo continuo, seguido de una gran confusión entre el personal que corría en medio de gritos y empujones".
El alcalde y ella se refugiaron detrás del mostrador de la recepción y "cuando arreciaron los tiros" escaparon por la cocina del hotel, desde donde alcanzaron la calle, no sin que antes Aguirre perdiera una de las alpargatas que acostumbra a ponerse entre actos.
"Pisé bastantes charcos de sangre, pero no vi terroristas, armas ni muertos, solo una mujer herida que la llevaban empleados del hotel", dijo. Pensó que el hotel tenía que disponer de otras salidas y buscaron los accesos de las cocinas para evitar la recepción.
Mientras tanto, el resto de la delegación consiguió escapar por otra puerta del hotel para alcanzar el malecón de la playa, donde "la policía les cercaba y no les dejaba moverse".
El peor momento que pasó fue cuando su coche quedó atrapado en un atasco cerca del aeropuerto de Bombay porque acababa de explotar un coche bomba. Entonces pensó: "aquí nos hemos quedado y encima, no estamos libres de que haya otra bomba".
Esperanza Aguirre logró finalmente tomar un avión hacia Zurich y fue entonces cuando se calzó los zapatos de tacón que ayer llevaba puestos en Madrid, encima de unos calcetines que consiguió en Suiza, "porque estábamos a 6 bajo cero".
© DIARIO DE NAVARRA. Queda prohibida toda reproducción sin permiso escrito de la empresa a los efectos del artículo 32.1, párrafo segundo, de la Ley de Propiedad Intelectual
Estimado lector,
Tu navegador tiene y eso afecta al correcto funcionamiento de la página web.
Por favor, para diariodenavarra.es
Si quieres navegar con muy poca publicidad y disfrutar de toda nuestra oferta informativa y contenidos exclusivos, tenemos lo que buscas:
SUSCRÍBETE a DN+Gracias por tu atención.
El equipo de Diario de Navarra