Los
849 metros del recorrido del encierro atesoran historias de superación, grandes sustos, carreras de manual, adrenalina a raudales... pero también recuerdan
15 tragedias teñidas de luto, la de los 15 fallecidos en el encierro. Esta
lista negra comenzó a escribirse en 1924, con un último nombre en 2009, pero fue doblemente grave en dos ocasiones, cuando el mismo toro quitó la vida a dos corredores en el mismo encierro.
Un día como hoy hace 67 años,
en 1947, el astado
Semillero de la ganadería Murube corneaba mortalmente al
pamplonés Casimiro Heredia en la calle Estafeta. Se había quedado rezagado en Mercaderes y lanzaba derrotes a diestro y siniestro, hasta que se topó con Casimiro. Tras asestarle una cornada mortal se cebó con él arrastrándolo varios metros desde la acera a la pared de la calle.
Pocos metros más adelante, Semillero continuó sembrando el horror a la entrada de la plaza de Toros. Allí corneó al joven de Villava
Julián Zabalza, volteándolo contra la barrera. Nada se pudo hacer para salvar su vida y falleció a los pocos minutos de ingresar en la enfermería del coso.
El otro morlaco que ha teñido de luto por partida doble el recorrido del encierro fue
Antioquío, de la ganadería Guardiola Fantoni. El
13 de julio de 1980 se desarrolló uno de los encierros más largos de la historia sanferminera, casi once minutos de angustia. A la entrada de la plaza Consistorial empitonó a
José Antonio Sánchez Navascués, de 26 años y natural de Cintruénigo, y le arrastró varios metros hasta alcanzar la calle Mercaderes.
Desde ese momento Antioquío continuó solo el encierro, descolgado del resto de la manada, y a la entrada de la plaza de Toros sus pitones volvieron a ser mortales. En esta ocasión, la víctima fue
Vicente Risco, un joven de Badajoz de 29 años; el toro se cebó con él y, tras empitonarle, le zarandeó en repetidas ocasiones. Antioquío no tenía prisa por entrar en toriles y estuvo dando vueltas por el ruedo más de siete minutos.
ONCE DEFUNCIONES MÁS
Otros once nombres completan la luctuosa lista de fallecidos en el encierro pamplonés.
La primera víctima ocurrió el 13 de julio de 1924, cuando el sangüesino de 24 años
Esteban Domeño Laborra fue alcanzado mortalmente por un astado de Conde de Santa Coloma. Se debatió entre la vida y la muerte más de un día, hasta que finalmente pereció el 14 de julio.
Tan sólo tres años después se contabilizaba el segundo fallecido en la carrera. El
8 de julio de 1927, el pamplonés de 34 años
Santiago Martínez Zufía recibía una cornada mortal de un astado de Cruz del Castillo. La fatalidad llegó en la plaza de Toros, concretamente en el primer burladero del tendido 8.
El
10 de julio de 1935 le llegaba el turno al primer fallecido de otra nacionalidad. El
mexicano de 29 años
Gonzalo Bustinduy y Gutiérrez citó con su chaqueta a un morlaco de la ganadería Murubes en la plaza de Toros, y el toro le empitonó tratando de arrebatarle la prenda.
Tras los dos fallecidos del fatídico 10 de julio de 1947, llegaron 14 años sin sobresaltos en la lista de víctimas. Sin embargo, el
9 de julio de 1961, el pamplonés de 32 años
Vicente Urrizola Isturiz falleció tras ser alcanzado en la Cuesta de Santo Domingo por un astado de la ganadería Álvaro Domecq.
Ocho años después se producía la séptima víctima mortal de los encierros. El murchantino
Hilario Pardo Simón, de 45 años, perdió la vida tras ser empitonado por el toro 'Reprochado', de la ganadería Guardiola Fantoni, en la Cuesta de Santo Domingo, el
12 de julio de 1969.
El 1
2 de julio de 1974 fue testigo de la muerte del corredor más joven hasta la fecha. El chantreano
Juan Ignacio Eraso Martiartu, de 18 años, fue la desafortunada presa de los pitones de 'Palmello', de la ganadería Arranz, en el callejón de la Plaza de Toros.
Al año siguiente el encierro volvió a mostrar su cara más trágica.
Gregorio Gorriz Sarasa, de 41 años y natural de Arazuri, fue alcanzado en el callejón por el toro 'Navarrico', de la ganadería Osborne, y sumó la novena víctima mortal en 1975.
En
1977 la tragedia volvió a cebarse en el encierro, pero esta vez no fue por una cornada sino por un pisotón. El chantreano
José Joaquín Esparza Sarasíbar, de 17 años, se convirtió en la víctima más joven cuando un cabestro le pisó en el callejón del coso pamplonés. El golpe le provocó la rotura de una costilla y la sección de la vena cava, y finalmente falleció.
Tras el doble fallecimiento de 1980, hubo 15 años sin víctimas mortales en el acto estrella de los Sanfermines. Sin embargo, el
13 de julio de 1995 se contabilizaba la segunda víctima extranjera de las fiestas, el estadounidense de 22 año
s Matthew Peter Tasio. El toro 'Castellano', de la ganadería Torrestrella, empitonó al joven turista, que se había caído al suelo e intentaba recuperar el equilibrio. El cuerno de 'Castellano' se clavó en su abdomen y le provocó la rotura de la vena aorta.
Ocho años después, el
8 de julio de 2003, el veterano corredor pamplonés
Fermín Etxeberria Irañeta, de 63 años, fue golpeado en la carrera por el astado 'Castillero' en el tramo de Mercaderes. El encontronazo le produjo un traumatismo craneoencefálico, y tras permanecer ingresado en el hospital dos meses y medio, falleció el 24 de septiembre.
La última víctima mortal del encierro se contabilizó hace cinco años, el
10 de julio de 2009. El madrileño
Daniel Jimeno Romero, de 27 años, murió tras ser empitonado por el Jandilla 'Capuchino' en el tramo de Telefónica, cuando intentaba retirarse tras una caída.
Con la defunción de este joven corredor, son 15 las familias que han llorado la pérdida de un ser querido en algún tramo de los 849 metros del recorrido del encierro.
Si dijo..No le fallan las matemáticas estimado amigo. Esos cálculos, son los cálculos de los años descontando los años en los que San Fermín estuvo prohibido. Espero haya aclarado su duda. Un saludo, que tenga buen día.
¿Pero que %&!# dices? ¿Que los sanfermines estuvieron prohibidos? Sería por el precio de las copas en los bares pero, o he estado viviendo unos sanfermines de pega desde 1980 o ya me dirás tu donde me llevaban de fiesta de txiki. Hay veces que hay que hablar solo por el hecho de no quedarse callado eh...
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