03/10/2015 a las 06:00
La conclusión del Gobierno de Mariano Rajoy es que los comicios del domingo pasado han dejado a Artur Mas y a sus aliados de Esquerra Republicana en una situación de "debilidad" porque no han logrado su único objetivo, ganar el supuesto plebiscito por la independencia que promovieron, y porque, además, su falta de mayoría absoluta y pérdida de escaños ni siquiera les permite investir a un nuevo presidente.
En opinión de la vicepresidenta, la situación política y social es ahora en Cataluña "incluso peor" que antes de que Mas disolviese el Parlament y convocase elecciones anticipadas, porque cree que sigue sin haber un Gobierno autonómico que se ocupe de gestionar los problemas reales de los ciudadanos -como dice que pasa desde hace cinco años-, porque ha aumentado la inestabilidad política e institucional, al depender Mas y Oriol Junqueras de un partido radical como la CUP que propone soluciones "tan sorpresivas" como un triunvirato en el Ejecutivo, y porque los soberanistas con su pulso, que entiende fallido, lo único que han causado es "una profunda fractura de la sociedad catalana".
El Gobierno de Mariano Rajoy no se ha puesto en contacto ni con Mas ni con ningún otro líder de la candidatura de Junts pel Sí ni tiene intención alguna de hacerlo hasta que no exista un presidente catalán investido por el Parlament. Soraya Sáenz de Santamaría aclaró, en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, que será solo entonces cuando el Ejecutivo estará dispuesto a hablar con los responsables catalanes de lo que sea, eso sí, "siempre que sea dentro de la ley".
Ante la afirmación de Mas de que su respaldo a la seudoconsulta soberanista celebrada el 9-N y prohibida por el Tribunal Constitucional, que le ha costado una querella por desobediciencia, fue "una rebelión democrática", la vicepresidente dijo que "eso solo lo invoca quien cree que está por encima de la ley" y le recordó que "nadie está por encima de la ley" y que el Gobierno tiene la obligación de no permitirlo.
La número dos del Ejecutivo restó importancia a la soledad del PP a la hora de aprobar la reforma legal que permitirá al Constitucional suspender en su cargo a las autoridades que desobedezcan sus sentencias. Dijo que están acostumbrados a la falta de compromiso del PSOE y la oposición y dejó claro que culminarán la aprobación definitiva y respaldarán a la corte de garantías si al final tiene que aplicar la norma.