«He olvidado la melancolía». Lo asegura María Nieves Rebolledo, más conocida para el mundo como Bebe, que ha mirado a su interior para encontarse a sí misma. O mejor dicho, para ofrecer otra faceta de Bebe, más rockera, con más colmillo. «Estoy con una energía positiva recuperando mi humor negro. Me ayuda a estar en pie, a tener la mente libre», reconoce la cantautora. Tiene ya fecha de lanzamiento, el 7 de febrero, para el que será su tercer disco: Un pokito rocanrol.
El título ya anticipa que el sonido de Bebe se ha endurecido. «Las ideas han llegado por todos los lados, con la energía a flor de piel. Es lo que da sentido a cada cosa», asegura la artista. Guapo, Qué carajo, Me pintaré, Adiós, Sabrás o Joyas son algunos de los once temas del disco, aunque el primer single que ha escogido la cantante extremeña es K.I.E.R.E.M.E., un tema más punk, extraño, novedoso.
Imprevsible. Como ella, que decidió estar cinco años en silencio después de arrasar con un disco de debut (Pa fuera telarañas) porque quería ser actriz.
Tampoco nadie se esperaba este cambio de registro, ni que se fuera a grabar el disco a París. Decidió que su productor fuera Renaud Letang, un francés nacido en Teherán hace 41 años que había trabajado anteriormente con Manu Chao,Claude Nougero, The Silencers, Sergent García oJane Birkin.
El motivo no fue otro que Bebe necesitaba grabar su nuevo disco con alguien desconocido, una persona que no supiera nada de ella. Necesitaba ese desconocimiento entre ambos para que la nueva Bebe saliera a la luz.
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