El ayuntamiento estudia cómo compensar al resto de usuarios, aunque el reglamento le permite no hacerlo por causa mayor
El Ayuntamiento de Tudela anunció ayer que devolverá el dinero correspondiente a los días que esté cerrada la piscina cubierta a los 124 alumnos que estaban inscritos en los cursos de natación que tenían que haberse iniciado el pasado lunes. Se hará a través de la empresa que gestiona la instalación y los cursos verán reducida su duración.
Como se recordará, la piscina está cerrada porque se van a reparar los paneles del techo interior, lo que hace necesario vaciar los vasos y retirar parte de las cristaleras para que accedan las máquinas. La previsión es que se reabra el 5 de febrero.
El concejal de Deportes, Ricardo López, no concretó si se devolverá también dinero a los abonados a la piscina que no están inscritos a cursos. "Seguimos estudiando con la asesoría jurídica e Intervención cómo se puede hacer la devolución, aunque el reglamento dice que el ayuntamiento podrá acordar el cierre temporal de la instalación cuando se produzcan causas mayores, como es el caso, sin responder de los perjuicios ocasionados a los usuarios", comentó. El mismo reglamento contempla que hay que hacer público el cierre con la "máxima antelación posible" y el ayuntamiento lo trasladó a los medios de comunicación el viernes anterior a clausurar temporalmente la instalación.
López también adelantó que se prevén destinar este año 300.000 euros para adaptar a la normativa los chorros de masaje, que no han funcionado desde que se abrió la piscina en diciembre de 2006 al no tener la autorización del Gobierno foral. "Está previsto hacerlo en las tres semanas que cierra todos los años la piscina en julio", según López.
Problema de oxidación
En cuanto al problema surgido con los paneles del techo, el edil de Deportes señaló que ha sido un problema de oxidación de los tornillos que los sujetan -se cambiarán unos 12.000-. "Habrá que ver de quién es la responsabilidad y si es un fallo de proyecto o de la empresa que ejecutó la obra para pedir responsabilidades. La seguridad de los usuarios es lo primero", indicó, al tiempo que cifró el coste de la actuación en unos 28.300 euros que adelantará el ayuntamiento. De hecho, ya se han remitido muestras de los tornillos a una empresa especializada para concretar la causa de su oxidación.
La empresa Gesport Kines, gestora de la piscina, detectó el problema y envió un informe al ayuntamiento. Posteriormente, técnicos municipales revisaron la instalación y señalaron el "deficiente estado del falso techo y el peligro de caídas de las chapas con riesgo para los trabajadores y usuarios" y que se trataba de un problema estructural y no de mantenimiento. El ayuntamiento no consideró necesario cerrar la piscina de forma cautelar. Días más tarde, inspectores de Salud Pública visitaron las instalaciones y requirieron al ayuntamiento "el cierre inmediato por los posibles riesgos para la salud y la seguridad de los usuarios", tras lo que el consistorio decidió cerrarla.
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